muy bueno!!

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cinderella
Elegante
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muy bueno!!

Mensaje: # 65311Mensaje cinderella
09 Mar 2006, 00:54

Mi primera decisión importante la tuve con diez años. A punto de soplar los dos unos de mi tarta (y pasada ya esa extraña temporada en que por alguna extraña razón dejas de comer tarta en los cumpleaños; los padres se gastan un pastón en la tarta y todos los niños canturrean “Yooooo no quieeeeero tartaaaaaa”), me dispuse a pedir el tradicional deseo de cumpleaños. El deseo de cumpleaños es como que tu marido te prometa que dejará de apretar el tubo de dentífrico por el medio: una ilusión inútil. Pero por aquel entonces yo todavía creía que estudiando mucho uno se forjaba el futuro, así que ¿por qué no iba a creer en el deseo de cumpleaños?

Bien, mi decisión fue cambiar de deseo. Tras seis años pidiendo que se me concedieran superpoderes (¡la cantidad de arañas que metí en el microondas!), decidí que si tras acumular varios deseos (algo parecido a los puntos nocilla) aún no lanzaba rayos por los ojos, era inútil seguir malgastando cumpleaños.

¿Que para qué quería los superpoderes? Porque sufría el acoso y amenaza de una legión de supervillanos, que me perseguían y quitaban el sueño mediante su portavoz, que como en las peores sagas resultó ser un ser muy cercano y querido: mi propia madre. Esa legión del mal no era otra que LOS NIÑOS POBRES. En cualquier momento, en cualquier lugar, el acoso constante se manifestaba mediante un mensaje de mi madre, especialmente:

- “¡Mira cómo está tu cuarto, hecho un desastre! Tienes demasiadas cosas. Se las voy a dar a LOS NIÑOS POBRES.”
- “¿Cómo que el potaje es asqueroso? La de NIÑOS POBRES que hay pasando hambre en el mundo, y tú despreciando la comida.”

Yo nunca pensé que los Niños Pobres fueran realmente pobres, ya que nadie sería tan desalmado de llevarle una caja de juguetes si lo que tienen es hambre (bueno, hoy tampoco vas a comer, pero mira: ¡te he traído una peonza y una nave de Tente!) De modo que yo veía a los Niños Pobres como una amenaza cruel, como el Hombre del Saco si nos negábamos a comer, el Chupacabras si íbamos solos por el campo o el Antichollo si no descifrábamos bien la tarjetita de Mayra Gómez Kemp. O esa vecina fea que todos tenemos y que nos aseguran que un día va a venir y se nos va a llevar como no nos portemos bien. Y la pobre señora un día te dice en el portal “Hola, guapo ¿vienes del cole?” y te pones a gritar pidiendo socorro, creyendo que el día fatal ha llegado.

Efectivamente, ya que La Divinidad del Cumpleaños (que es quien se encarga de que no te suicides al cumplir los 30) me negó su ayuda, decidí dejar de confiar en ella. Comencé a recoger sistemáticamente los juguetes y comerme hasta la última cucharada de potaje. A cambio, designé la hucha-cerdito como “Botín de guerra”, prometiéndome que todo lo que en ella entrara quedaba automáticamente destinado a contratar mercenarios que defendiesen mis juguetes. Al fin y al cabo, si los Reyes Magos entraban en mi casa para dejarme regalos aunque la ventana estuviera cerrada, nada impedía a Los Niños Pobres seguir el mismo camino para realizar la tarea inversa: saquear mi cuarto. Mas una vez lleno el cerdito, fui incapaz de llevar a cabo mi plan. Cada vez que me disponía a romperlo, me encontraba con sus ojos bonachones y su encantadora sonrisa, que tantas veces me había dedicado cuando le echaba una moneda (las de Franco mi abuela no me dejaba echarlas; decía no sé qué de las barricadas, me las cambiaba por otras y las tiraba por el balcón).

¿Era esa la mejor manera de concienciar a un niño? ¿Usar la miseria humana como chantaje y/o amenaza? ¿Mostrar a los desfavorecidos como una oscura entidad que no hace sino fastidiarnos, llevándose nuestros juguetes y haciéndonos sentir obligados a comer cosas que nos parecían repugnantes? Juzguen ustedes mismos.

Por cierto, aquel año pedí a mi tarta que España ganara el próximo mundial de fútbol. Y aún sigo haciéndolo: al menos ahora sólo malgasto un deseo de cada cuatro.
HEAVY METAL IS THE LAW !!!!!!!
Presidenta del club de fans de Bugarín
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